Hojarasca y dignidad

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Por Carlos del Frade

(APE).- Molestan los que sobran. Hojarasca de excluidos. Así piensa el sistema, según dicen los medios electrónicos de comunicación que construyen el pensamiento cotidiano de la cultura represiva en la Argentina y el mundo. Los imperios suelen matar a su base de sustentación.

Allí está Nerón incendiando Roma. Hogueras para los que molestan.

Para los que exigen un lugar donde vivir.

Y con semejante necesidad interfieren en los negocios de las inmobiliarias.

Las que crecen al calor de licitaciones después de las cuales levantarán torres o countries para que vivan los que pueden pagar. Pero primero, para lograr el buen final de semejantes intereses, es necesario lograr el espacio vital.

Espacio vital para los negocios inmobiliarios.

Espacio que es reclamado por los que están afuera de todos los negocios pero que, obstinadamente, siguen viviendo y exigiendo los excluidos, los marginados, los que sobran. Porque aún sobrando, ellos, los sobrantes, ellos, los desplazados, siguen peleando por vivir. Para que tenga sentido el amor, la ternura y los sueños. El sistema se indigna ante tal obstinación.

Los que sobran no se miran como sobrantes, se reivindican como seres humanos. Nada más y nada menos que eso, seres humanos.

Entonces piden, reclaman. No quieren ser cosas aunque todos los días el sistema les machaca a través de sus medios que deben considerarse como tales.

Alguien, ante esta situación de resistencia, recuerda momentos de la historia. Y piensa en soluciones, en la solución final.

Resurgen las llamas en la prepotente y soberbia Capital Federal.

Solución final para los que molestan en el espacio vital para los intereses de los grandes negocios inmobiliarios en las ciudades más importantes del país saqueado.

La noticia da cuenta del final del proyecto: más de 460 familias, casi mil quinientas personas, mujeres, pibas, pibes y hombres, quedaron sin nada como consecuencia del incendio que se tragó la Villa El Cartón, en Buenos Aires.

Los relatos que asoman en las crónicas periodísticas hablan de la perversión, de la planificación del espanto: “El incendio fue intencional. Hay vecinos de la zona que no nos quieren acá", dice una de las voces.

"Ya nos habían amenazado con que iban a prender fuego. No sé si fue intencional, pero hay muchas coincidencias... Acá hay mucha maldad. Sufrimos discriminación", denunció otro vecino.

Llegaron a decir los que ahora nada tienen que "pudo ser un atentado con intencionalidad política, ligado a la interna del barrio por promesas que se vieron postergadas".

Para uno de los diarios más importantes del país, se trata de una “guerra de pobres contra más pobres, por un puñado de tierra” y que por eso “los vecinos de Villa Soldati cortaron avenida Cruz en protesta por el anuncio del traslado de 468 familias de Villa Cartón a un predio ubicado frente al barrio. Brotes de odio y xenofobia. El terreno era un yuyal y habían iniciado los trabajos de limpieza”, sostenía la síntesis informativa.

Perversiones del sistema. Molestan los que sobran y mucho más si protestan o piden ser respetados. Y vuelven las prácticas ya probadas: quemarles las casas, como si fueran hojarasca humana. Pero ellos son mucho más y seguirán peleando por su dignidad.

Fuentes de datos: Diarios Página/12 09 y 27-02-07 y Clarín 05-03-07

 


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