Mitre, la DEA y Brilloni

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Por Carlos Del Frade

(APe).- -No ahorre sangre de gauchos, es lo único de seres humanos que tienen – escribió Domingo Faustino a Bartolomé Mitre en relación a las montoneras del Chacho Peñaloza. “Guerra de policía” fue la consigna. Los trataron de delincuentes. El proyecto del mitrismo, relaciones carnales con el imperio británico, necesitaba de provincias domesticadas y por eso intervino seis de ellas dejando un saldo de cinco mil desaparecidos, como le escribió el entonces gobernador de Santa Fe, Nicasio Oroño. Los encargados de la guerra de policía, los que llevaban el orden y la seguridad del régimen, eran tropas del gobierno federal conducidos por oficiales sanguinarios, expertos en el cepo y la tortura.

La provincia de Santa Fe, un siglo y medio después, acaba de recibir la “ayuda” del gobierno nacional con el desembarco de gendarmes, policías federales y prefectos. Bajo la excusa de imponer seguridad, once ciudades del segundo estado argentino, estarán bajo la supervisión de las fuerzas federales, comandadas por el oficial Claudio Brilloni, nada menos que un niño mimado de la DEA y actual titular del Proyecto X.

Cuenta el periodista Walter Goobar que en febrero de 2006, la DEA planificó una entrega de casi 190 kilogramos de cocaína a narcos que operaban en el barrio de Congreso, en Capital Federal. El hombre elegido por los norteamericanos para supervisar la maniobra era el comandante Brilloni.

“El King Air aterrizó, minutos antes de las 14 del 3 de febrero, en el aeropuerto de San Fernando, donde fue recibido por el comandante principal de Gendarmería Claudio Brilloni, que estaba a cargo de la supuesta “entrega vigilada”. Creyeron que la zona estaba despejada pero no se dieron cuenta de que otro organismo de seguridad, la Policía de Seguridad Aeronáutica, estaba filmando toda la operación. “Por las dudas y porque todo me olía mal de entrada y era previsible algún desastre”, explicó a esta revista una fuente de ese organismo. Mientras la Gendarmería trasladaba la droga desde el aeropuerto a su base de operaciones, el agente encubierto peruano que además era informante de la DEA y un agente encubierto argentino (necesario para poder judicializar el caso) tomaron contacto con los narcos para concertar la entrega. Aquí las versiones se bifurcan. La Gendarmería afirma que pidió demorar la entrega un día porque les faltaban datos de las escuchas telefónicas.

También propusieron abortar la operación “porque trabajaban sobre el límite máximo de riesgo”. Pero el juez denegó el pedido aduciendo que corría peligro la familia del encubierto peruano que estaba amenazada de muerte por los narcos. La Gendarmería propuso hacer “una entrega sucia”, es decir, sustituir la droga por una sustancia falsa, pero el fiscal Carlos Rívolo rechazó la propuesta argumentando que eso invalidaría la causa”, dice Goobar en su excelente nota “Magia blanca”.

No hubo narcos detenidos, al contrario, el cargamento se perdió bajo la supuesta atenta y profesional mirada de Brilloni, la DEA y la justicia federal argentina.
-Esto no es un operativo de la DEA, a nosotros no nos robaron la mercadería. El operativo lo manejaba Gendarmería. Nosotros sólo hacíamos apoyo técnico porque no estamos acreditados en la Argentina para hacer ese tipo de trabajo – le dijo un integrante de la DEA al periodista.

Terminaba diciendo la nota que “el juez abrió una investigación en la que debería también investigar su propia actuación. Ninguno de los gendarmes que participó del operativo está suspendido o investigado. Y la droga se esfumó”, apuntó Goobar.

Brilloni, el titular del Proyecto X surgido durante el kirchnerismo para espiar a las organizaciones sociales, vuelve a Santa Fe después del escandaloso operativo conjunto que intentó capturar a los tres buches de La Bonaerense escapados del penal de General Alvear a fines del año pasado. Ahora comanda la fuerza de ocupación que supuestamente le dará seguridad a los atribulados habitantes de las principales ciudades santafesinas.

Brilloni, amigo de la DEA, responsable del Proyecto X, tiene más que ver con un proyecto de control social que de bienestar y seguridad.

El Plan Colombia, versión argentina, ya tiene a uno de sus principales actores sobre el escenario, se llama Claudio Brilloni .

Pero el guión viene de lejos, de aquella guerra de policía contra los gauchos que buscaban un país hecho desde adentro y no impuesto desde afuera.

Los nuevos sarmientos le escribirán a Brilloni, “no ahorre sangre de pibes pobres, es lo único de seres humanos que tienen”. Algo de eso empezó, en estos días, en la provincia de Santa Fe.

Fuentes: “Magia blanca”, de Walter Goobar, revista Veintitrés, marzo de 2006 – “La izquierda diario”, nota de Cecilia Rodríguez, jueves 30 de septiembre de 2016.

Edición: 3242


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