La Navidad de las Marías

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Por Carlos del Frade

(APe).- ¿Cuántos años tenía María, la compañera de José, el carpintero?. La valentía de aquella muchacha era formidable. Decidió parir entre los animales porque iba a pelear para que su hijo no sea tratado como una bestia más del pesebre.

En la clandestinidad, perseguidos, María y José celebran la tozuda defensa de sus libertades en medio de la brutalidad del imperio romano y sus socios, los sacerdotes del sanedrín.

¿Cuántos años tienen las miles y miles de Marías que todavía insisten en su sueño de una vida mejor para los suyos?.

Los últimos números de la desocupación en estos ricos y atribulados arrabales del mundo vuelven a marcar que las más castigadas por la falta de trabajo estable son las mujeres menores de treinta años en los distintos lugares de la Argentina.

Pero allí están ellas, porfiadas, como María, luchando por una realidad distinta.

¿Cuántos silencios existen alrededor de las miles de María desde aquella mamá de Jesús hasta nuestros días?.

En las oficinas del Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe, Magalí, una muchacha de menos de treinta años, delegada de sus compañeras y compañeros de un call center llamado Hey Latam, relata que “la psicóloga de la empresa las llama y le dice que ya que su novio la dejó sería conveniente aceptar el retiro voluntario que le ofrecen”. Y ella, entonces, dice que no. Y junto a sus compañeras y compañeros cantan por las calles de la ex ciudad obrera de Rosario que “levantaron las cabezas y que no las bajan más”. Fantástica dignidad de Magalí, una de esas Marías que insisten en no ser dóciles ante los poderes de siempre.

¿Cuántos dolores están inscriptos en el cuerpo de María, cuántos abusos impunes habrá sufrido y que no fueron de interés para la historia oficial?.

La niña tiene quince años y estaba celebrando, como podía su familia y sus seres queridos, esa fecha tan especial. Sin embargo fue raptada y violada en manada. Esas palabras generan repulsión con solamente escribirlas, leerlas o escucharlas. Inimaginable resulta, eso sí, pensar en ese cuerpo violentado. Sucedió en la segunda quincena de diciembre de 2020 en la zona noroeste rosarina, en el querido y mítico barrio de Ludueña, donde el cura Edgardo Montaldo inventaba milagros multiplicando panes y sembrando educación en medio de tantas explotaciones y negocios mafiosos. Las vecinas y los vecinos quieren revancha y las noches se tornan pesadas por el miedo a los linchamientos.

La niña, mientras tanto, busca recuperarse porque tiene la fuerza histórica de miles y miles de mujeres que enfrentan las crucifixiones de un sistema que siempre trata de usarlas.

¿Cuántas veces cantaba María mientras esperaba el nacimiento de Jesús y qué cantaba María mientras protegía a su bebé?.

Tampoco hubo escribas que se detuvieran en aquellas necesidades del alma de María.

Más de dos mil años después, maestras santafesinas enseñan a cantar y tocar instrumentos a chicas y chicos de las distintas realidades del monumental mapa con forma de bota.

“La música hace que las chicas y los chicos, tanto de las escuelas primarias como de las secundarias aprendan a escuchar y valorar a las y los otros. Es una sensibilidad muy especial lo que sucede cuando se forman las escuelas infanto juveniles”, cuenta una de las referentas de decenas y decenas de docentes interinos que nadie quiere escuchar en su justo reclamo de estabilidad. Es difícil no escuchar el relato de los que generan música con chicas y chicos en una provincia atravesada por las necesidades derivadas de la desigualdad. Parece que como los escribas que ignoraron la historia de María, hay funcionarios que no están interesados en que las pibas y los pibes tengan la necesaria sensibilidad de la música.

¿Cuántas veces habrán querido matar a María, portadora de la rebeldía del amor contra la muerte y el odio de los déspotas?.

A casi veinte años de diciembre de 2001, decenas y decenas de Marías recibieron balazos y golpes por buscar comida para sus hijas, para sus hijos, como aquella María habrá, desesperadamente, buscado alimentar a Jesús.

Y ellas, María multiplicada a lo largo de la historia, insiste en la pelea contra la indiferencia, el olvido y las humillaciones.

La Navidad de las Marías de la historia es celebrada en cada una de esas existencias que no se resignan e insisten. 

Pintura: Laura Insfran 

Edición: 4138


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