Los muros porteños

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Por Carlos del Frade

(APE).- En la Reina del Plata, orgullosa y soberbia capital del país del dinero, decenas y decenas de familias empiezan a dormir en la calle porque no es negocio retornar a sus viviendas.

Son los que viven de la basura, los que hacen el último esfuerzo por no caer en lo ilegal para insistir en la preservación de los valores de una sociedad que cada día se vuelve un poco más indiferente.

El camión que recoge lo que ellos juntaron, familias de chicas, chicos, mamá, papá y abuelos, recién aparece frente a sus ojos cansados alrededor de las tres de la madrugada. La jornada laboral no tiene límites, ya ni siquiera termina cuando llegan las doce de la noche.

Pero las familias cartoneras no se rinden. Insisten allí, en la cornisa existencial que supone producir en el último escalón del mercado legal de trabajo. No quieren entrar en la ilegalidad porque creen en valores. Creen, todavía, que su esfuerzo, algún día, les devolverá algo parecido a una vida como merecen.

En la presuntuosa Capital Federal de la Argentina, los diarios sostienen que “miles de cartoneros utilizan las calles de la ciudad como hospedaje”.

En la misma geografía que se ufana de ser una capital europea del otro lado del mar, crece el destino latinoamericano y tercermundistas de sus mayorías, el paisaje de decenas y decenas de familias amontonándose en las avenidas en lo que pueden robarle a la noche para descansar un poco. Una postal que parecía reservada, hasta no hace mucho, a otros puntos del mapa del sur del mundo. Ahora ya está aquí. En la Reina del Plata, en la Capital Federal, América latina irrumpe en los cuerpos resistentes y no resignados de las familias de cartoneros.

Las minorías del privilegio son también las que propagan odios, miedos y violencias, las que advierten sobre los nuevos indios que ya ocupan los espacios públicos de calles y avenidas.

Europa sitiada por los bárbaros, las luces del centro muestran las oscuridades que produce el mismo sistema de exclusión.

Entonces vienen las ideas. Las geniales estrategias del poder.

En lugar de justicia social e inclusión, marginación y represión.

Muros que se levantan para proteger el rincón del orgullo porteño.

Copia desmejorada de la muralla que levanta Estados Unidos para impedir que lleguen los desesperados mexicanos.

El Gobierno porteño anunció que “volverá a la carga para controlar a los cartoneros, con la ayuda de la Policía Federal. La decisión incluye no permitir más la entrada de los que lleguen desde el GBA con carros tirados por caballos y realizar más inspecciones sobre los camiones que los transportan”, anunciaron los diarios.

"Hay una ley en vigencia que impide la circulación por la Ciudad de vehículos de tracción a sangre. Le hemos pedido a la Policía que empiece a aplicarla a partir de ahora, como parte de nuestra estrategia integral para ordenar el trabajo de los cartoneros", dijo el ministro de Gobierno porteño, Diego Gorgal.

Los muros porteños quieren cuidar la imagen de la ciudad sin saber que será imposible. Que la vida y las resistencias romperán todos los diques de la hipocresía, ahora o dentro de poco.

Fuentes de datos: Diarios La Nación y Clarín 22-11-06 / Diario Infobae 21-11-06 y Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh 14-11-06

 


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