Alberto

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Por Sandra Russo

(APE).- Alberto no es su verdadero nombre. Tiene apenas 15 años y una vida ya marcada, igual que otros de sus dos hermanos. Por haber nacido en una familia “disfuncional” -palabra atrás de la cual suelen esconderse dramas cotidianos de un padecimiento inenarrable-, Alberto fue institucionalizado y vive actualmente en el Hogar Sagrada Familia, perteneciente a la Asociación Civil Ave María.

El 29 de octubre pasado, Alberto estaba en un subte, regresaba de visitar a uno de sus hermanos, que vive en otro Hogar. Dos hombres aparecieron de pronto, se le acercaron, le dijeron “vos sos el guacho”, lo empujaron, lo sacaron del subte y lo obligaron a acompañarlos hasta el Instituto para Menores San Martín. Allí, sin ninguna explicación de por medio, lo metieron en una celda, aparecieron otros menores, le pegaron patadas y trompadas, le robaron sus pocas pertenencias, y lo dejaron, golpeado y asustado, aturdido e impotente, durante unas horas, solo. Luego llegó una mujer que se presentó como “asistente social”, le dijo que todo se había tratado de un “error”, y lo dejaron ir.

Alberto, que no se llama Alberto y tiene, recordemos, 15 años, y vive en un Hogar porque su propio hogar se deshizo, tardó en recuperarse del episodio, y quién sabe si se recuperará de la sucesión de desgracias y errores que en su vida lo conducen a Hogares e Institutos. Pero lo cierto es que el fiscal Mariano Salessio, que tomó su caso, hizo allanar el Instituto para Menores San Martín, porque si bien no hay pruebas todavía pero sí algunas hipótesis, el secuestro de Alberto y su castigo, y su posterior liberación, hacen pensar en menores institucionalizados y mandados a “robar para la corona”: se presume que esos hombres que lo interceptaron en el subte estaban buscando, en realidad, a otro chico que salió a robar y no volvió.

“Viene de una casa con problemas, en la que tres de los hijos están institucionalizados, pero él jamás tuvo ninguna causa delictiva”, aclara Gabriel Lolato, titular del Hogar en el que vive Alberto. Los cargos que levantó el fiscal Salessio contra los responsables del Instituto para Menores San Martín son privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales y robo. Leandro Halperín, de la Asociación Abogados por los Pibes declara: “esto es muy grave. Supone que hay un grupo paraestatal destinado a levantar chicos en la calle y sin orden judicial para conducirlos a institutos. Es un procedimiento similar a los usados durante la dictadura militar, pero contra menores en situación de riesgo”. El riesgo en el que viven estos menores los expone a este otro tipo de riesgo, institucionalizado e invisibilizado por la indiferencia explícita de una sociedad para la que la vida de alguien que podría llamarse Alberto no tiene ninguna importancia.

Fuente de datos: Diario Página/12 26-12-05


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