Messi conducción

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Por Alfredo Grande

  (APe).- La democracia no vinculante consiste en que muy pocos afortunados, bendecidos por diversas formas de la fortuna, deciden sobre los ingresos de los cientos de miles de desafortunados. Con ingresos de cinco ceros y varios ceos, discuten como si supieras sobre el bono de fin de año. O sea: el abono para que la miseria se note menos, porque ya es imposible que no se note. Lo que no se nota es la riqueza, que escondida en los pliegues delictivos de las diferentes rutas del dinero, los off shore, los on shore, la obra pública y el afano privado, reina y ahora también gobierna.

Alguna vez con el “Morla”(*) soñamos construir el FRENACRI: frente nacional contra la riqueza. Porque la más digna opción por los pobres debe ser efecto de una decidida no opción por los ricos.

La pornografía ha dejado de ser sexual, a partir de que la internet la ha vulgarizado. Lo que más se baja de la web es porno, por lo tanto ha perdido ese aroma de clandestinidad que tanto enciende a las mentes y cuerpos frágiles.

Pero como todo no está perdido, entonces vienen por más, por todo, porque después de la nada, Marte, el planeta rojo, nos espera. Aclaro por las dudas algún nostalgioso se entusiasme, que es rojo no por comunista, sino apenas por el color de su suelo. Pero uno nunca sabe. Un soviet de astronautas puede ser un
horizonte para próximas luchas. El planeta Tierra será el patio trasero de la galaxia, y no volverán las obscuras golondrinas, ni cientos de miles de especies que desaparecen diariamente. Apocalipsis Now con varios imitadores del sargento Kurtz.

La pornografía es económica financiera, y el sol nunca se pone en los casinos del mundo. La publicidad, la prostituta mejor paga en la historia de la humanidad, intenta hacer potable, o al menos, apta para el consumo humano, toda la basura reciclada. Incluyendo funcionarios. Especialmente funcionarios. La publicidad siempre está en cadena nacional, aunque no popular. Es la activa militante por el desclasamiento de los humildes. De los pobres. De los excluidos. Que solo aspiran a ser clase media, al menos por tener un iphone en sus manos.

La clase media, entonces, es un viaje de ida. La anestesia total de lo que alguna vez se llamó “conciencia de clase en sí y para sí”, ha sido suplantado por apoyar la ñata contra el vidrio, creyendo que estamos adentro del bar. Nos distraen con “¿a quién querés más? ¿a Hilary o a Trump? Y la gran democracia del Norte, que asesinó 4 presidentes, tiene su gran circo en las elecciones que siempre consagran al menos malo, al menos bueno, pero nunca al más bueno. No lo encuentran porque es difícil que de la pestilencia imperial, pueda surgir la pureza y la dignidad.

Hoy la discusión del “para todos” se reduce al fútbol. La pasión de multitudes convertidas por la alquimia financiera en una industria de industrias. Desde los narcos que lavan dinero comprando y vendiendo a los esclavos de los clubes para mutarlos en aristócratas del balompié, hasta los trapitos y barras bravas que son el rostro feo, sucio y malo del negocio.

La escala industrial modifica todo. No se produce porque se consume sino que se consume porque se produce. Y entonces la producción necesita el pacto perverso con la publicidad, que será la pedagoga del mercado. Lo inútil, perjudicial, nocivo, caro, absurdo, tendrá que ser maquillado para que parezca absolutamente necesario.

Hoy entrar en el transporte público es parecido que a una sala de terapia intensiva. Casi todos conectados con cables que los conectan con vidas lejanas. A las cercanas, ni una mirada. Aunque ocupen asientos para ancianos, embarazadas, discapacitados, entran en coma fonoaudiológico y hasta parece que durmieran. Y seguirán durmiendo despiertos, incapaces de salir de la pesadilla en que se ha convertido su vida. Por eso hay que cuidar, acompañar, estimular, los pocos que todavía sienten orgullo por luchar.

La marcha del orgullo gay es un analizador relevante. Orgullo que se opone a la vergüenza, como bien nos aclaró Cesar Cigliutti, Presidente de la Comunidad Homosexual Argentina. Orgullo por luchar para salir de la pesadilla de la discriminación, la persecución, la ignominia, el desprecio.

Orgullo por ser educadores populares, como nos enseña la Fundación Pelota de Trapo.

Orgullo por intentar prácticas comunitarias en salud, como el 6º encuentro que se realizará en Villa Carlos Paz sigue demostrando.

Orgullo por la marcha de las mujeres que luchan. Pero marchar siempre es marchar en diversidad. La uniformidad no es una marcha, es un desfile. Las marchas son diversidades que combaten, no uniformidades que se quejan.

Los sub comandantes saben que el único comandante es el pueblo. Pero no cualquier pueblo. El pueblo que a veces se equivoca, pero que no dejará de luchar para hacer de la derrota victoria.

Para los que se amortiguan con la anestesia de la publicidad, les queda el premio de los cómodos, de los cínicos, de los cobardes. Les regalo su slogan triunfador: Messi conducción.

(*) Alberto Morlachetti, fundador y soñador de Pelota de Trapo

Edición: 3277


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