Jonatan, Coto y la selva tan temida

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Por Silvana Melo
   (APe).- La vida de Jonatan Sagardoy se acabó en la madrugada, un fin de semana de Villa Ballester, norte profundo del conurbano. Y se acabó de un tiro, que le entró por la axila y lo recorrió devorándole las vísceras. Porque tuvo la desgracia de parecerse a alguien que había intentado robar en la casa de uno de ellos. De uno de los ocho predadores que salió a cazarlo en auto, camioneta y moto. De una de las fieras en que se convierte el ser humano en jauría.

Cuando se bajó en la casa de un amigo lo rodearon. Eran ocho. Y tenían la justicia en sus manos. Lista para disparar. Madrugada de Villa Ballester.

Cuando la bala entró por la axila pudo subir al auto y manejar hasta el hospital. Agonizó dos días y murió.

Los cazadores tuvieron que admitir que no era. ¿Y si hubiera sido?

El dueño del supermercado se llama como el supermercado. O en realidad, el supermercado como él. En el local de San Telmo un custodio y un empleado mataron a patadas a un hombre vencido. Que había abandonado el mundo encerrado en el calabozo de su demencia senil. Solo. Ese día se llevaba queso, aceite y chocolate. Sin pagarlo. Los cazadores saborearon su justicia particular.

El dueño del supermercado es Alfredo Coto y es de acá. “Nadie mató a nadie, averigüen bien lo que pasó”, dijo a los periodistas en el Hotel Sheraton. Y habló de “versiones tergiversadas”.

En el local Coto de Caballito había, dos años atrás, un arsenal. 200 granadas, 27 armas de fuego y 3800 municiones. “La causa judicial ya fue superada”, dijo. Y tiene razón. Pero sus motivos fueron escalofriantes: estaban guardados para los empleados de seguridad (su cuerpo de cazadores) ante eventuales saqueos. “¿Ustedes no se dan cuenta de lo que pasó de 2001 en adelante en el país?” (*), preguntó.

El país es un desgarro.

Camino a la selva tan temida.

Los caídos, inexorablemente, son los frágiles. Los destituidos del mundo. Los que tienen el hambre doliendo acá. Los que acampan en el corazón del poder para que los vean. Los que se llevan el queso. Los que se parecen.
Los otros se llevan el gesto de la justicia y la palabra en el Sheraton.

(*) Alfredo Coto hizo estas declaraciones ante los periodistas Alejandro Bercovich y Jairo Straccia en el Hotel Sheraton

Edición: 3939


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