El síndrome del insfrandotado

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Por Alfredo Grande

(APe).- Un síndrome es un conjunto de síntomas y signos que están ocasionados por diferentes enfermedades. Voy a ilustrar y ruego al lector una “curiosidad benevolente”. La misma que alguna vez Sigmund Freud le pidiera a un auditorio potencialmente hostil.
El Síndrome de Hipertensión Endocraneana puede ser originada por un tumor cerebral, un aneurisma, un traumatismo. Distintas causas que ocasionan síntomas y signos similares. O sea: más allá del diagnóstico de las causas, el rápido tratamiento del síndrome permite aliviar el sufrimiento y prevenir males mayores.

Ahora mal: si algo es verdadero, y la verdad es aquello que se apoya en lo fundante, puede ser llevado más allá de su origen. Describo el Síndrome de Alienación Gubernamental. La enfermedad de origen puede ser partidaria en el amplio espectro que supimos conseguir. También el ejercicio de liderazgos idealizados donde el pensamiento único aniquila todo intento de pensamiento crítico.

La prolongación en el tiempo facilita que lo cultural sea pensado y sentido como natural. Que no es otra cosa que lo artificial prolongado en la eternidad de los tiempos. El Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) forma parte de lo que he denominado el alucinatorio político social. La derecha es un delirio eterno. Y se sostiene porque tiene un núcleo de verdad que no hemos podido pulverizar. El pasaje del trabajo social a la propiedad privada tiene como núcleo de verdad la autoconservación en tiempos de naufragio.

La cultura represora se encarga de que lo cotidiano sea un naufragio eterno para que ese núcleo de verdad no pueda ser conmovido. La escasez y la carencia planificada son un reaseguro para que el sálvese quien pueda se sostenga eliminando a los que también quieren salvarse.

El Síndrome de Alienación Gubernamental organiza un sistema creíble, consistente por repetición permanente y coherente en su capacidad de encubrir contradicciones fundantes. Es la publicidad llevada a una modalidad de gobernar. Tomando abstracciones por realidades concretas. “La Argentina unida contra las violencias de género”. Frase que es políticamente correcta pero que nada dice. No dice nada, pero enfatiza que el enemigo de la Argentina unida es la violencia. De género, pero no solamente. Más tarde o más temprano, y lo hemos vivido muchas veces, la violencia ha sido entronizada como el mal absoluto. Imposible pulverizar el núcleo de verdad de las derechas sin violencia.

El Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) ha logrado colocar el tema de la grieta desalojando la lucha de clases. Mérito no menor en la cruzada permanente para luchar por lo abstracto y rendirse en lo concreto. Una forma paradigmática del Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) es el Síndrome del Insfrandotado. Si bien tiene su área de influencia hegemónica en una provincia argentina, ha logrado amplificarse en diversos sectores del país. La disección del Síndrome del Insfrandotado lo realizó la cirujana mayor Silvana Melo. Nada que agregar. Y el mérito mayor es que es una disección con el sistema (paciente) aún vivo.

Pero la glorificación del Síndrome la realizó un importante funcionario del kirchnerismo, que, siendo secretario de comercio, fue oportunamente eyectado quizá porque llegó la fecha de vencimiento del producto. “Ante esto, destacó la figura del gobernador de Formosa Gildo Insfrán al decir que él es el que “conduce el templo del peronismo, Insfrán es una referencia extraordinaria para nosotros los peronistas, para mí es el mejor gobernador de la Argentina”. Consideró entonces que, por esta investidura, Insfrán es blanco de ataques mediáticos y justificó esto al decir que “de alguna manera siempre desde el progresismo y desde el liberalismo atacan a los peronistas, atacan a los intendentes peronistas, a los dirigentes sindicales y a los gobernadores peronistas”. Y reiteró para finalizar que “por eso Insfrán es una gran referencia para el peronismo además de ser un gran gobernador, por eso gana como gana las elecciones”.

Si el peronismo es un templo, entonces tiene el mismo núcleo de verdad que las religiones. La existencia real de dios. Desde ya, el dios que cada uno y cada una decida. Como sabemos, hay tres dioses únicos. Lo cual complica un poco. El Síndrome del Insfrandotado tiene su núcleo de verdad en el feudalismo de Estado. No es plebiscitado, sino que apenas son manotazos de urnas de los que sólo pueden sobrevivir precariamente en el oasis contaminado de los estados. Por fuera de ese oasis, sólo está el exilio que anticipa la muerte.

Todo Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) tiene en su núcleo de verdad la salvación nacional. En las arengas militares es muy claro. Revolución Libertadora, Revolución Argentina, Procesos de Reorganización Nacional. Tres palabras que van directo al núcleo de verdad del fascismo: revolución, libertad, argentina, nacional.

En algún momento se divulgaba el “socialismo nacional”. Lo que era absolutamente delirante porque si es socialismo, es necesariamente internacional. El nacional socialismo llevó ese delirio al extremo límite del exterminio.

A mi criterio, es importante señalar que el Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) tiene efectos devastadores sobre la conciencia de clase de las y los trabajadores. Pero mucho más sobre la “inconciencia de clase”. O sea: la construcción de un inconsciente pequeño burgués en la subjetividad de las masas empobrecidas y explotadas. Dormimos con y votamos al enemigo. De la misma forma que la cirujana mayor Silvana Melo diseca al Síndrome del Insfrandotado, la militancia revolucionaria tendrá que intentar demoler el Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG).

No son nuestros representantes. Son los replicantes de los poderes económicos y financieros concentrados. El 95% de las vacunas anti covid está en los países híper desarrollados. El 5% restante intenta sobrevivir prometiendo millones y recibiendo miles.

A la fecha no hay ministro o ministra de Justicia. ¿Confesión de parte de que no hay justicia? Obviamente sí. Pero encapsulada en el Síndrome de Alienación Gubernamental (SAG) que de todo hace delirio. Pagar una deuda que no existe, que además ya se pagó, definir a la Argentina como pagadora serial, sostener que se honra una deuda que está absolutamente deshonrada por su origen y su destino, denunciar el préstamo del ahogado solicitado al FMI, pero denunciando y pagando, y hay demasiado ejemplo y que, con un poco de tiempo, también se pueden contar.

Como médico y militante político, renuevo mi juramente hipocrático y lucharé mientras pueda, y nunca solo, contra el Síndrome del Insfrandotado. Pulverizar los delirios reaccionarios para que vuelvan a desplegarse los delirios revolucionarios. Lo gubernamental es muerte. La lucha popular es vida.

Edición: 4279


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