Los 45 de Copacabana

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Por Sandra Russo

(APE).- Fueron 45 en 2006, sólo en Catamarca. Y 3 en muy poco tiempo, en la localidad de Copacabana. Leonel Godoy, de 17 años, se suicidó en la víspera de la Navidad. Ató un cable en el dintel de una puerta de su casa, se ahorcó. Fue encontrado en la madrugada del domingo pasado por su madre, que se había despertado y advirtió luces encendidas.

 

Leonel vivía con una hermana menor, su madre y su abuela en la localidad de la Banda de Lucero y formaba parte del entorno de Lucas Nieva (19), otro adolescente que se quitó la vida en la localidad de Copacabana en los primeros días de diciembre. Jugaban juntos al fútbol en el club San Martín de Copacabana.

Se hicieron las pericias policiales, pero las pericias policiales, en un suicidio, son incapaces de indagar el móvil. El móvil de los suicidas se va con ellos, salvo que dejen cartas. No fue el caso ni de Leonel ni el de su amigo Lucas. “La impotencia y la bronca de ser tan pobres, porque tanto les cuesta a todos ellos que el Estado los asista desde todo punto de vista. Desde que murió Lucas estamos pidiendo ayuda psicológica para el grupo de amigos, para su familia sobre todo, ayuda que nunca llegó. Acá no existen los derechos humanos, la posibilidad de crecimiento, un futuro, un mañana mejor... no sé cuales son los motivos porque los chicos tomaron esta decisión, lo que sí sé es el abandono que se sufre en estos pueblos por parte de los gobiernos y también que debe haber una razón muy poderosa para que se hayan cansado de vivir a los 17 años de edad”, dijo Norma Juárez, una vecina del lugar que agregó que “esto tendrá que estudiarse para atacar el problema desde su raíz”.

Esas palabras fueron escuchadas y al parecer entendidas por mucha gente, porque, créase o no, vecinos de distintos sectores de Tinogasta participaron luego de un inusual corte de ruta, pidiendo un nuevo y escalofriante tipo de seguridad: un piquete contra los suicidios, un piquete contra algo más que parecen haberle quitado a los pobres: la vitalidad, el deseo de vivir. Según la comunidad, la pérdida del deseo de vivir crece ante la pasividad e indiferencia oficial.

El piquete se realizó desde las 8 de la mañana el corte de la ruta nacional 60, a la altura de El Alto de Copacabana, donde los manifestantes reclamaron un mayor compromiso del Gobierno por la salud de las localidades del interior, puesto que van ocurriendo tres suicidios y el Estado continua “ausente” a pesar del pedido de ayuda que efectuaron.

Bajo el lema “Salud para Todos”, y soportando más de 40 grados de temperatura en la tarde, jóvenes y adultos se manifestaron armando un piquete con troncos, quema de gomas y pancartas que decían” No a la indiferencia”, “Queremos una vida mejor”, “Por Manuel, Lucas y Leonel”, las tres personas oriundas del lugar que decidieron quitarse la vida.

Manuel tenía 62 años y fue el primero en quitarse la vida.

Los vecinos se quejaron también por el trato que se le dio al cadáver de Lucas: se lo encontró comido por las alimañas, no lo quisieron recibir en la morgue por su estado de descomposición y lo dejaron “tirado como a un perro” en un nicho del cementerio, donde a las 6 de la tarde le hicieron la autopsia y se lo entregaron a la madre. “¿Por qué hacen esto? No nos escucharon cuando pedimos un psicólogo para Copacabana y pensaron que nos íbamos a quedar callados, pero no es así. Por eso le preguntamos al Gobernador porqué tiene este tipo de funcionarios, y ahora le pedimos al Presidente que le corte los víveres al Gobernador, porque es un mentiroso, no le importa el pueblo sino el bolsillo como a todos los políticos que hay acá”, gritó Norma Juárez.

Hay que mirar atentamente a Catamarca. En una pequeñísima localidad llamada Copacabana, los pobres abrieron los ojos. Llegan al hueso, con su lectura de los hechos, de una verdad sepultada, como Manuel, Leonel y Lucas.

Fuentes de datos: Diarios El Ancasti - Catamarca 26 y 28-12-06 y Catamarca Actual 26-12-06

 


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