El hecho maldito de la patria partidaria

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Por Alfredo Grande

(APe).- El hecho maldito es aquello que pone en superficie el máximo lugar de inconsistencia. En la historia de la humanidad, la cultura represora tuvo muchos “hechos malditos” que socavaron su fundante. Para John William Cooke, el peronismo era el hecho maldito del país burgués. El 17 de octubre fue un aluvión, aunque no zoológico como lo caracterizó el diputado Enrique Sanmartino en 1947.

Por “aluvión” entiendo un instituyente, un analizador, una dimensión insurreccional y no representacional, un espacio tiempo de multitudes. Fue sin dudas, un aluvión político que socavó al país burgués. Sin embargo, el país burgués resistió la embestido y aburguesó al peronismo. Los que resistieron este aburguesamiento fueron asesinados en lo que se conoció como la resistencia peronista post (contra) revolución libertadora (de explotadores).

En nuestra actualidad, donde la cultura represora capturó las formas democráticas de arbitrar el conflicto político social, el aluvión ha quedado petrificado y congelado en las estalacticas y estalagmitas de las diferentes expresiones partidarias. El tango “Corrientes y Esmeralda” termina con esta estrofa: “en tu esquina rea cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”. Cacatúas sobran, y todos sueñan con su cacatúa preferido. El General, el Che, Evita, Alfonsín, Néstor. Antes que me comparen con Sanmartino debo aclarar, y espero que no oscurezca, que por “cacatúa” designo, fiel a la tradición tanguera, la construcción del “fetiche”. O sea: la parte por el todo.

En el fetiche es pura forma, pura exterioridad, vaciado totalmente de contenido. El peronismo aburguesado primero y derechizado después, fueron las astillas siniestras del mismo palo. Evita es invocada, pero siempre en vano. Su profecía de que “el peronismo será revolucionaria o no será”, fue desmentida en prácticas gubernamentales que apenas se asomaron a un progresismo dulcificado. La afirmación de ser más capitalista que Macri es la clausura definitiva de la profecía. Que ya tuvo otras clausuras mucho más siniestras. El fetiche de Alfonsín ha sido sepultado con el intento de la alianza con Lavagna, que ni la baña ni la seca. Y el des endeudamiento que logró Néstor ha sido sepultado por el mega endeudamiento que un gobierno que gerencia estafa y saquea, tendrá el dudoso honor de entregar el bastón de mando, en el mejor de los casos.

En mi trabajo “Obsolescencia democrática programada” evalúo otros destinos peores. Me parece evidente que la profecía del “capitalismo serio más derechos humanos” no incluyó la posibilidad de dormir y votar con el enemigo fascista. Otro aluvión echó al presidente de Puerto Rico, Ricardo Rosselló. Un estado asociado a la bestia imperialista, tuvo reflejos necesarios para dejar de ser cómplices del fascismo cultural y político de los gobernantes.

“Lo renunciaron a Ricardo Roselló. Apenas terminó la difusión, se escuchó la algarabía y los "olé olé olé" de cientos de miles de puertorriqueños que desde la tarde se manifestaban a las puertas de La Fortaleza, la casa de Gobierno en San Juan. Las protestas no cesaron desde el 13 de julio, cuando el Centro de Periodismo Investigativo divulgó la totalidad del chat de Telegram que compartía Rosselló con un grupo de colaboradores”. Parece que los aluviones siguen siendo el hecho maldito de los países de burguesía corrupta y fascista. Pero es necesario, y doloroso, entender que también hay hechos benditos para el país burgués. Y debo incluir, solamente porque lo deseo, un aforismo implicado: “mal de mucho, consuelo de cómplices”. Y el hecho del país burgués y del país fascista es la complicidad y lo que se denomina “coparticipación necesaria” con las atrocidades de aquello que se pretende combatir. “La Francia de Vichy o régimen de Vichy (en francés Régime de Vichy) es el nombre con que informalmente se conoce al régimen político instaurado por el mariscal Philippe Pétain en parte del territorio francés y en la totalidad de sus colonias, tras la firma del armisticio con la Alemania nazi en el marco de la Segunda Guerra Mundial, subsistiendo hasta agosto de 1944. El nombre oficial con que se denominó el régimen fue Estado Francés (en francés: «État français»), porque formalmente constituyó una interrupción de la Tercera República —en tanto la denominación «república» desaparece de las actas oficiales del régimen—, por los cambios constitucionales que liquidaron la democracia parlamentaria y establecieron un régimen autoritario. El sistema político se encuadraba en los regímenes autoritarios de la época, y es deudor del corporativismo, mostrando simpatía visible hacia la ideología fascista”.

Sostengo que en estos cuatro años de Cambiemos, como en los 10 años de menemismo, tuvimos varios “Petain” y en muchas provincias se organizaron “Régimen de Vichy”. La complicidad es también una política de Estado y fue la forma sistemática en que la dictadura cívico militar utilizó para paralizar todo intento de cuestionamiento en el aparato del Terrorismo de Estado. Hoy nuestro Pétain mayor es Pichetto, obviamente no el único. Las políticas de moderación que el Alberto señala que Cristina le cuestiona, es una forma larvada de minimizar la ferocidad de la jauría de pitbulls que nos atacan diciendo que nos gobiernan.

Desde Santiago Maldonado, y antes y después también, hay una masacre planificada con diferentes armas de destrucción masiva. Desde las tarifas de servicios hasta la Gendarmería. Supongo que algunos funcionarios de la década ganada estarán haciendo penitencia por haber aprobado la ley antiterrorista. En verdad, no sé por qué lo supongo. Creo que apenas lo deseo. Pero no voy a elegir entre Bullrich y Berni. Aunque en otras opciones si voy a elegir, como ya lo hice en el 2015 (ver Votar en Negro) En la actualidad de la nazidemocracia no tenemos un presidente de facto. Pero sí tenemos un presidente de ocupación. No ha declarado la guerra contra el pueblo, pero las guerras ya no se declaran: se ejecutan. No hay declaraciones de amor ni declaraciones de guerra. Pero sí hay actos de amor y sí hay actos de guerra.

La complicidad es una forma de garantizar los actos de guerra. “El dato lo ofrece Tony Judt en Postguerra: de los alrededor de 7.000.000 de habitantes de Austria durante la Segunda Guerra Mundial, unos 700.000 pertenecían al NSDAP. En total, un 10%, una cifra asombrosamente alta, sin parangón no sólo en cualquier sociedad democrática sino en la propia Alemania, donde menos personas estaban afiliadas el partido de Hitler. Austria colaboró en su mayor parte con los nazis porque formaba parte de su ser en primaria instancia”.

Hoy la patria partidaria, la patria empresarial, la patria sindical, la patria financiera, y muchas otras patrias reaccionarias, han sido por acción, por omisión, por ambas, cómplices de esta devastación sin posible retorno. Patria No, Colonia Sí. Y Colonia de baja clasificación. El pueblo boliviano y ahora el puertorriqueño deberían ser espejos donde mirarse. Darle una salida al mar a Bolivia para que Bolivia nos dé una salida a la dignidad. Con casi 60% de niños y niñas pobres, nuestra dignidad está fuertemente conmovida. Y en realidad ni siquiera son pobres: han sido empobrecidos en una guerra que es transgeneracional. Y el empobrecimiento lícito es una de las marcas indelebles de la neutralización de los hechos malditos para la cultura represora.

Hago mía esta propuesta, lamentando desconocer la autoría pero compartiendo su análisis: “Desde nuestro Colectivo y en la idea de la descolonización como tarea fundamental para la liberación popular andamos en la propuesta de no celebrar la fundación colonial de nuestros pueblos y ciudades, las cuales se efectuaron con el sometimiento y masacre de nuestros primeros pobladores por parte del imperio español. Reivindiquemos entonces la lucha de nuestros guerreros en oposición a la inauguración de ciudades”.

La ciudadanía también puede ser una coartada para amputar la potencia del sujeto político colectivo. Otro aluvión es posible y necesario.

Edición: 3912

 

 


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