El avance del desierto y la lucha de Chico Mendes

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Por Carlos del Frade 

(APe).- Las estancias y el ganado no han traído ningún progreso económico a la región. Para lo único que han servido es para concentrar la tierra en unas pocas manos. Mi esperanza es que los gobiernos de la gente que da dinero al Banco Interamericano de Desarrollo escuchen las quejas de los seringueiros. De otro modo, la selva será destruida…Yo no protejo la selva porque me preocupo que dentro de veinte años el mundo quedará afectado. Me preocupa porque miles de personas que viven aquí dependen de la selva y sus vidas están en peligro todos los días…Si un mensajero llegara al cielo y me garantizara que mi muerte fortalecería nuestra lucha, valdría la pena. Pero la experiencia nos enseña lo opuesto. Las manifestaciones y los funerales sin fin no salvarán a Amazonia. Yo quiero vivir - declaró Chico Mendes, el 9 de diciembre de 1988.

Trece días después lo mataron en su casa de Xapurí, en el estado de Acre, en Brasil.

Francisco Mendes nació la noche del 15 de diciembre de 1944 en Pote Seco del seringal Porto Rico. Se crió en un ambiente donde predominaba el analfabetismo, el abandono, el aislamiento, las carencias de todo tipo y la sobreexplotación. En 1945 terminó la Batalla del Caucho al caer la demanda creada por la Segunda Guerra Mundial y la situación en Amazonia empeoró.

Los norteamericanos abandonaron los muelles y aeropuertos, y los seringueiros se vieron obligados a malvender el caucho a mercaderes ambulantes arriesgándose a violar la obligación de vender sólo a los seringalistas. El diario A Provincia do Pará calculó que de los 50.000 “soldados del caucho” censados, 23.000 habían muerto “sin pan y sin cuidados médicos”.

La lucha de Chico Mendes era en contra de los explotadores de la gente del Amazonas y los saqueadores del medio ambiente. La doble explotación del sistema: contra los recursos humanos y los recursos naturales. Por eso lo mataron.

Después vinieron los libros, las películas y las canciones.

Pero la explotación humana y contra el verde inmenso del Amazonas continuó.

En 2010, el despojo ya tuvo ribetes de infierno.

Una película de terror: cinco territorios iguales a la provincia de Buenos Aires fueron convertidos en desierto. Hay que imaginarse la escena. Una superficie equivalente a la sumatoria de cinco veces el primer estado de la Argentina. Un millón y medio de kilómetros cuadrados.

En solamente un año, cinco veces el tamaño de la provincia más importante del país, dejó de ser verde en la selva del Amazonas.

La cifra es brutal. Lleva la ferocidad del sistema.

Chico Mendes tenía razón.

Según las imágenes satelitales de la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos, la NASA, aseguran que esa fue la superficie que se redujo en solamente el año 2010.

Para los científicos integrantes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, lo que se viene -en un futuro mediato- son sequías extremas, poderosas.

"Los datos del espectrómetro del satélite MODIS sobre vegetación verde sugieren un impacto más generalizado, grave y de larga duración en la vegetación amazónica de lo que puede deducirse basándonos únicamente en datos de lluvia", dijo Arindam Samanta, coautor e investigador de Atnopsheric and Enviromental Research, en declaraciones reproducidas por el Observatorio de la Sostenibilidad en España.

El saqueo de la selva también afectó a los niveles de agua en los ríos en la cuenca del Amazonas, que comenzaron a caer en agosto de 2010, alcanzando niveles sin precedentes a fines de octubre.

Si el futuro todavía puede ser una palabra con sentido, habrá que parar el brutal proceso de desertización que se lleva adelante no solamente en el Amazonas si no en todo el planeta.

No solamente porque seguirán siendo asesinados los Chico Mendes si no también las nuevas generaciones que continúan alumbrando alguna esperanza en la criatura humana.

Es hora de la rebeldía y el protagonismo para que el mañana sea mucho más que una bella canción melancólica.

 

Fuentes de datos:
“Chico Mendes. Su lucha y su muerte por la defensa de la selva amazónica”, de Andrew Revkin, Paidos, 1992. - Diario El independiente 07-04-11

Edición: 1994

 


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