La niñez fusilada

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Por Carlos del Frade

(APe).- Ximena tiene dos años y mientras jugaba en la noche del lunes 3 de mayo fue baleada en una disputa territorial por bandas dedicadas al narcomenudeo, en el norte rosarino.

-Nosotros no nos metemos con nadie. Estábamos tomando mates y la moto pasó y se escucharon los tiros. Pasaron y tiraron. No midieron nada. Tampoco les importó – dijo la abuela de Ximena.

Las pibas y los pibes son víctimas de las balaceras.

No se trata de una casualidad.

Desde adentro de las cárceles se ordena tirar contra los bebés.

-Ahora te la agarro a tu mamá y te la voy a fusilar ahí en Spiro, vos fíjate, te la agarro y te la hago re cagar a tiros, a tu hermana, a tu hermanito, a todos, a vos te agarro y te vamos a matar con el bebé encima, todo, te mato el pibe, te mato a vos, a todos los que vayan caminando con vos te los voy a matar a todos, vos fíjate…-dice una voz de un audio que figura en las actas del Ministerio Público de la Acusación de la provincia de Santa Fe, atribuida a Brandon Bay, líder de la banda “Los Gorditos” y detenido desde hace casi dos años en el penal de Piñero, muy cerca de la ciudad de Rosario.

“Si no te vas de tu casa, te fusilamos a dos chicos”, denuncia una señora de la ciudad histórica de San Lorenzo, en septiembre de 2020.

-Aguante la delincuencia arriba esa libertad – escribe “el Bichi” de Tablada en su cuenta de Facebook. Hace sinónimos a las palabras delincuencia y libertad.

En otro audio, Brandon le dice a uno de sus soldados: “Todo bien perro acá, mirá, cualquier cosa hay que hacer un laburo, hay que reventarle la cabeza a una mina y a un bebé”.

Estos documentos judiciales que existen desde junio de 2020, marcan un nivel de crueldad inédito hace algunos años atrás.

Las órdenes, tal cual se leen, son “reventarle la cabeza a una mina y a un bebé” y matar pibes.

No es una metáfora.

En ese año 2020, en el Hospital de Niños “Víctor Vilela”, de Rosario, hubo 21 casos de niñas y niños heridos de balas.

Y ya van 12 las niñas y los niños baleados en 2021.

-…venimos monitoreando la violencia. Hemos notado un aumento de niños que quedan involucrados aquellos que en realidad no pueden defenderse de ninguna manera – dijo Mónica Jurado, directora del Hospital Zona Norte, también de la ex ciudad obrera.

Para Lucas Raspall, subsecretario de Desarrollo Humano de la Municipalidad, “los contextos de violencias son complejos, estructurales y previos a la pandemia…así como vimos durante el aislamiento del primer momento de la pandemia, estos son territorios donde los chicos no viven puertas adentro, sino que su cotidianeidad es la vereda o el pasillo, y cuando hay disputas y ajusticiamientos en función de las bandas que operan en esas zonas, como leemos en las crónicas, los chicos están en el medio y quedan en fuego cruzado”.

A principios de mayo de 2021, el ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe informó sobre la desarticulación de una banda que vendía municiones como las que se usan en las balaceras que lastiman o matan a las nenas y los nenes rosarinos.

Se hicieron trece allanamientos y encontraron 3.500 municiones y 30 armas de todo tipo, como resultado de una investigación de dos meses en la que se usaron policías infiltrados bajo la denominada técnica de “agente revelador”. Las crónicas dicen que la banda desarticulada “estaba formada, entre otros, por tres policías rosarinos en actividad que ofrecían el arsenal al mejor postor”.

Los agujeros negros que amanecieron en los barrios de la ex ciudad obrera a fines de los años noventa fueron cubiertos por los negocios ilegales del capitalismo, el contrabando de armas y el narcotráfico.

Detrás de cada balazo alojado en el cuerpito de una beba como Ximena hay negocios impunes y cada vez más crueles.

Es tiempo de la rebelión de un humanismo beligerante contra estas formas mafiosas de acumular dinero.

Es tiempo de reactualizar la vieja consigna barrial: con las pibas y los pibes, no.

Y no es no.

Edición: 4314


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